Temperatura

La temperatura es quizás el parámetro más importante en la maduración de los quesos, ya que es relativamente fácil de ajustar. Cada tipo de queso tiene una temperatura óptima de maduración que, si se altera, puede ralentizar o acelerar el proceso, modificando las características organolépticas del producto. En nuestra planta, mantenemos la temperatura de los locales de maduración a niveles inferiores a los óptimos para el crecimiento bacteriano y la acción enzimática. Esto permite ralentizar y guiar los procesos de maduración, garantizando un mayor control sobre la calidad final del queso.

Humedad

La humedad ambiental es otro factor crucial que influye en el desarrollo de la corteza del queso, haciendo que la superficie del producto sea más impermeable al agua y, por lo tanto, menos sensible a la evaporación. Esto es esencial para mantener el parámetro aw (actividad del agua) dentro de la pasta. Un ambiente con baja humedad implica una mayor pérdida de peso del queso, afectando así su textura y sabor.

Tecnología avanzada para un control preciso

En las primeras queserías, la maduración se realizaba en bodegas y cuevas naturales, donde la alta humedad, la temperatura fresca y la ventilación reducida eran características típicas de estos ambientes. Hoy, gracias a la moderna instalación, podemos recrear estas condiciones de forma controlada y optimizada para cada tipo de queso.

En la planta piamontesa, hemos utilizado unidades de tratamiento de aire equipadas con software avanzado capaz de mantener constantes todos los parámetros termohigrométricos necesarios para la correcta maduración de los quesos. Estas unidades permiten calentar y enfriar el aire que entra en las celdas de curado, adaptando continuamente las condiciones ambientales a las exigencias específicas de los procesos microbiológicos y enzimáticos.

Un compromiso con la calidad

Nuestro compromiso con la calidad pasa por cada etapa del proceso de producción, desde la leche hasta la mesa. Con la nueva planta de curado, podemos garantizar que cada forma de Toma Piemontese alcance su máximo potencial de sabor y textura, respetando las tradiciones y la autenticidad que nos caracterizan. En conclusión, la prueba de la instalación de curado del toma, representa un avance significativo en nuestra misión de producir quesos de excelencia. Gracias al control preciso de los parámetros ambientales y a la adopción de tecnologías avanzadas, podemos garantizar que cada queso que sale del establecimiento sea una auténtica obra maestra del gusto.

Si está interesado en aprender más sobre nuestras tecnologías innovadoras, ¡contáctenos!